Se considera una técnica de maquillaje permanente. Se realiza con un instrumento llamado dermógrafo, con una aguja de una punta para dibujar el pelo y una aguja de tres a cinco puntas para sombrear o rellenar.
Se utilizan pigmentos formados por partículas muy pequeñas, en base de aceite que deben ser hipoalergénicos. Los pigmentos se depositan en la epidermis, capa más externa de la piel.
Existen tratamientos de micropigmentación de ojos, cejas, labios, capilar o de la aureola del pecho.
Su duración es más larga, de uno a cinco años, e incluso puede ser permanente, siempre dependiendo del tipo de piel, de la edad y de los cuidados aplicados. A veces, es necesario realizar un retoque del color después de 1 a 2 años.